Buenas Personas... Colaboración de nuestro profesor Esteban Castilla Aparicio desde Burgos, España.


Una vez más entro en vuestras casas, porque las puertas no están cerradas, ni hay precintos que me lo impidan. Perdonadme mi atrevimiento abusando de vuestro corazón y acogida cariñosa, porque sois ¨BUENAS PERSONAS¨.

Dicen que para ser héroe solo se necesita  un ¨Instante¨, para ser ¨BUENA PERSONA¨, toda una vida.

Una vida silenciosa, sin publicidad, sin medallas, sin diplomas. Toda una vida haciendo el bien y bien, lo que por obligación, vocación, profesión, nos fue asignado allí donde nos tocó vivir. Hacer el bien a todos, sin mirar las ideas políticas, o religiosas. Somos ciudadanos del universo y nuestra religión es ¨HACER EL BIEN¨, con amor, sin petulencia, obstentación, ni repique de campanas, sin mirar el color de la piel o el país de origen o la situación del que está a nuestro lado.

Somos lo que amamos; porque no es grande el que triunfa sino aquel que no se desalienta. Una simple sonrisa no cuesta nada, pero enriquece a quien la recibe y, no empobrece a quien la da.

LA FONTAINE decía: Por la obra se conoce al autor. Somos el resultado de nuestros propios desvelos, esfuerzos y, actividades del día a día y, el reconocimiento llegará sin esperarlo. Se oye decir: Fulano, ! Qué buena persona !

Digamos aquello: Quiero dejar en pos de mi, una profunda semilla, es el amor, esa cosa sencilla en que siempre está Dios.

Gracias Eloy, por tu trabajo callado, bien hecho, de SIEMPRE MARISTA.  Sigues siendo para mí, aquel muchacho, calladito, observador, trabajador, humilde, de la primera fila de la clase al lado de Rippe, Cortina, Rigol, Joselín, Souto, Llanos.

Tu imagen sigue viva en mi retina y el retrovisor del tiempo no ha podido borrar.

SIEMPRE MARISTA, es una muy buena labor, que todos te agradecemos. Mereces la medalla de Sobresaliente.



Es para mi un regalo muy valioso y afectivo, que a estas alturas de la vida con un corazón viejo, arrugado, cansado, golpeado por el granizo de la vida haya alguien como tú Eloy, que reverdezca en mi espíritu y, me ayude a levantar las alas quebradas para un nuevo vuelo en la inspiración.

Un fuerte abrazo cariñoso,

Esteban Castilla Aparicio.