Mes de Mayo, Mes de María. La Caridad de María. Colaboración del Hno. Rafael

    LA CARIDAD DE MARÍA




La liturgia de la Iglesia celebra hoy la fiesta de la Visitación de María a Santa Isabel.
Como veremos, María hace esa visita movida por la caridad, el deseo de estar junto a su prima en los últimos meses del embarazo y ayudarla en los quehaceres de la casa.
Nos da así un buen ejemplo de caridad.

La caridad es una de las virtudes cardinales, que nos hace amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestros semejantes por amor de Dios.

Los Evangelios poco nos dicen de María, pero de ese poco, dos veces muestran cómo María amaba a sus semejantes y practicaba la caridad.

La primera, cuando enterada Ella por las palabras del ángel que su prima Isabel estaba en estado, va lo antes posible a visitarla, a pesar de las incomodidades de los viajes de aquellos tiempos, para estar a su lado y prestarle ayuda.

La segunda, fue en la boda de Caná, cuando nota que el vino se ha acabado y procura remediar la situación, evitando así que los novios pasen por el bochorno de no haber procurado bastante vino.

A lo largo de los siglos, los fieles han reconocido esa virtud de María y han acudido a Ella bajo la advocación de Nuestra Señora de la Caridad con varios santuarios en España.
Y esa devoción, los primeros colonizadores la llevaron a Cuba y así, cuando comienza a venerarse su aparición en la bahía de Nipe, es bajo esa advocación, pues ese título llevaba la imagen rescatada de las olas.

Terminamos hoy el MES DE MARÍA y que sea el fruto de este mes el imitar  a María y practicar la la virtud de caridad, que no es solamente dar limosna, sino también apoyo, consuelo, consejo, etc. y rezar por todos los que necesitan toda clase de ayuda espiritual, moral y material.
   
      Adiós, excelsa Reina
      Delicia del Señor;
      Adiós, Madre adorada;
      Adiós, adiós, adiós!
      De tu divino rostro
      Me alejo con pesar;
     Permíteme que vuelva
      Tus plantas a besar.
      Adiós, ¡oh Virgen Madre!
     Más bella que la luz;
     ¡Jamás, jamás me olvides
     Delante de Jesús!

      ¡Oh, Reina de los cielos!
      ¡Oh Madre de bondad!
      Me aparto de tu trono,
      Mas siempre te he de amar.
      Me ofrezco a ti Señora;
      Tu amor será mi amor;
      Y al fenecer mi vida,
      Condúceme al Señor.
      Adiós, del cielo encanto,
      Del orbe entero honor;
      Adiós ¡oh Madre mía!
      Adiós, adiós, adiós….

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