Hoy, desde las primeras horas de primavera he visto a un hombre en la ventana. No es un hombre cualquiera, ni es una ventana cualquiera. Qué hace ese hombre allí ?… Pregunta la gente que no le conoce, aunque hay miles y millones que sí le vieron muy de cerca o en la TV.
Su sonrisa, sus palabras cercanas, llegaban al corazón y a las conciencias de los que le escuchaban. Qué hace ese hombre en la ventana ?… Está fisgando ?… No. Simplemente repitiendo lo que el dijo un día a los jóvenes:
´´Os he buscado muchas veces, y, hoy habéis venido a verme; os doy las gracias ´´…
Ese hombre de la ventana es el mismo: familiar, vitalista, cercano, y, al final de sus días, hundido por la enfermedad, agarrado a la cruz para sostenerse en el Vía Crucis del Coliseo romano.
Ese hombre de la ventana es nada más ni nada menos que ´´KAROL WOJTYLA´´. El que se enfrentó a los grandes retos de su tiempo con una confianza tremenda en la persona, en la verdad y en la libertad.
Cuando su féretro a hombros de la guardia suiza, cruzaba la plaza, hace seis años, miles de personas decían: ´´SANTO SUBITO´´. Con estas palabras era puesto al mundo entero como un ejemplo contemporáneo.
Su autoridad nace de su ejemplo moral y, liderazgo espiritual que traspasó las fronteras. Proclamó con vigor: ´´Los derechos del hombre son también los derechos de Dios´´.
La grandeza de este hombre no está sólo en su actividad, sino en su espiritualidad. Vivió las cosas ordinarias de manera extraordinaria. A eso llamamos ´´SANTIDAD´´.
M. Gorbachov le llamó: ´´La primera autoridad moral de la Tierra´´-
Los jóvenes eran para él, su preferencia y, él para ellos un líder que atraía y, llenaron la Plaza milenaria de San Pedro, teniendo tonalidades inéditas en esa mañana romana.
Rindámonos ante este ´´GIGANTE´´ de la fé fuerte y generosa, cuyo perfume de santidad se percibía en vida.
Benedicto XVI.
Colaboración de Esteban Castilla Aparicio, desde Burgos, España.