Mons. Emilio Aranguren visitó la Casa General.


El domingo 23 de septiembre, Mons. Emilio Aranguren, obispo de la diócesis de Holguín, Cuba, visitó la Casa General. 

Será en esa diócesis donde iniciará próximamente una nueva comunidad Lavalla200, en la Región Arco Norte, formada por los Hermanos Jorge Gaio y Dionesio (Jong) Acosta, y el matrimonio de laicos maristas, Ricardo Miño y Silvia Pérez.  Los Hermanos de la Casa General y los Hermanos del programa "Amanecer", junto con el Superior general, han compartido ese día con Mons. Emilio la Eucaristía y el almuerzo. El H. Jorge Gaio participó, representando a la comunidad Lavalla200. 


A todos ha impresionado la sencillez de Mons. Emilio, así como su pasión por la misión y visión de futuro. Durante la homilía, habló desde el corazón. Comenzó agradeciendo a los Hermanos por todo lo recibido en su formación como alumno marista de primaria, refiriéndose tanto a los valores religiosos como a la formación académica. Narraba que, en un momento que estuvo en prisión, durante su juventud, lo sostenía y daba fortaleza el rezar a María con el "Bendita sea tu pureza" y otras oraciones que aprendió de niño con los Maristas. 

Mons. Emilio es actualmente el presidente de la Conferencia de Obispos de Cuba y dice que, de los doce obispos actuales, tres de ellos son exalumnos maristas. Mons. Emilio ha jugado un papel clave con relación al regreso a Cuba de los Hermanos en el año 2001. Mencionó que actualmente hay una comunidad en Cienfuegos y otra en la Habana y que justamente faltaba una presencia Marista en la diócesis de Holguín, de ahí que se mostraba contento y agradecido por esta nueva fundación. 

Al final de la celebración, el H. Ernesto Sánchez, Superior general, agradeció a D. Emilio por su presencia y por el gran apoyo que ha brindado y continúa brindando a los Maristas en ese país. Le entregó como recuerdo de esta visita una Imagen de N. Sra. de Guadalupe, bordada en tela. Después del canto de la Salve Regina, D. Emilio se acercó y besó con gran devoción la estatua de la Buena Madre, habiendo comentado antes que se sentía emocionado al celebrar por primera vez la Eucaristía en el mismo altar que utilizó S. Marcelino y junto a la estatua original de la Buena Madre que perteneció a Champagnat. 

Durante el almuerzo, celebrado con gran espíritu marista, no faltaron las anécdotas y las florecillas maristas de cuando D. Emilio era alumno marista o bien en encuentros recientes con compañeros exalumnos.  La ocasión ha servido de oportunidad para conversar sobre algunos detalles con relación a la nueva fundación. 

Se ha puesto al servicio, se manifestó muy abierto al diálogo, a la comunión con los laicos y laicas y ofreció los recursos para que la nueva comunidad tenga un período de discernimiento para contri­buir en la misión de la Iglesia a partir del carisma marista. 

Mons. Emilio invitó a los Maristas de Champagnat a actuar en red, a ser un signo innovador del Reino de Dios y a ofrecer el rostro mariano que es propio de la vocación marista.

[Instituto de los Hermanos Maristas - Casa General Piazzale Marcellino Champagnat, 2 - Roma, Italia -