MAYO MES DE LAS FLORES, MES DE HONRAR A NUESTRA MADRE DEL CIELO. NO LE FALLES A NUESTRA MADRE !

Colaboracion de Francisco Rodriguez Alemàn (Paco) Colegio de la Víbora.


MAYO 1, 2019 - DEDICADO A LA MEMORIA DE NUESTRO GUIA,
MENTOR  Y PILAR DE LA ASOCIACION DE ANTIGUOS
ALUMNOS DE CUBA:  RVDO HNO. RAFAEL MARTIN





Y, AL ANTIGUO ALUMNO DE LA VIBORA, Y PROFESOR
EMERITUS DE LA UNIVERSIDAD DE CAROLINA DEL
NORTE DR. JOSE SANCHEZ BOUDY


EL MES DE MAYO
     Mayo era el mes de las lluvias. Aguacerito de Mayo, dice la canción. Pero también de las flores. Y para nosotros, los maristas: el mes de María.
De la Virgen María, en cuya devoción éramos educados.
Y en cuyo seno pensamos reposar cuando el Señor nos llame a todos los que cantábamos en la capillita de la Víbora. "...a ti paloma blanca, a ti Virgen María..."
     Mayo era el mes que comulgábamos y confesábamos diariamente.
El mes en que el altar se cubría de adornos florales, de los bellos monumentos en honor de la Madre del Señor.   
Entonces todas las clases del colegio echábamos competencia.
Todos tratábamos de que el altar de la siempre pura fuera una obra de arte. A cada clase se nos asignaba un día: un día en que debíamos arreglar nosotros el altar, cubrirlo de las flores cubanas.
De azucenas, de lirios del valle, de rosas blancas; esas rosas silvestres que se daban en todos los jardines habaneros y que tan gratas son al corazón de nuestra Madre.  
     Los Hermanos nos enseñaban el sacrificio."Nada, nos decían, de pedir dinero en la casa. Esto tiene que ser algo individual".
Y entonces nos quitábamos la merienda de un día, o el granizado de varios; o dejábamos de comer aquel helado que hacía Carpinto, allá por el treinta y ocho, y que servían en una caseta que quedaba en el patio de afuera del colegio; el que corría por Vista Alegre.
         En el mes de Mayo cesaban las travesuras. Los que desayunábamos en el colegio, escondíamos cuando llegábamos el pan que estaba en el comedor, al lado de cada taza, con el fin de comernos dos en vez de uno, más tarde. Ni ese pecadillo venial nos permitíamos.
    Ni gritarle nombretes a los compañeros:"José María, pata podría, guarda la cosa pa' tu comía".
Ni le pegaban, los mayores, "yitis" a los patatos. Ni hablábamos en clase.
Ni le gritábamos, en voz baja, nombretes al Hermano Orencio; ni al Hermano Ricardo.
Ni al Hermano Fernando. 
    Era un mes en que hacíamos la tarea en casa. En que no copiábamos al compañero. En que nos aprendíamos todos los domingos el Evangelio de memoria…
Era un mes en que los últimos de la clase trataban de ser los primeros.     
    Era en fin, un mes que llevamos dentro, fundido por los Hermanos en nuestros corazones.
Un mes que, en el destierro, sentimos el olor del incienso y de la mirra, y en el aire las letanías de Nuestra Señora:
 "Virgen predicanda; Virgen veneranda; Estrella matutina..."

José Sánchez BOUDY
Bachillerato, 1949



¡Salve Mayo florido!
¡Salve mes sin igual!
Para honrar escogido,
a la Virgen sin par.


Venid y vamos todos,
con flores a porfía,
con flores a María,
que Madre nuestra es.


Adiós, excelsa Reina
delicia del Señor.
Adiós, Madre adorada,
Adiós, adiós, adiós.