Colaboraciones en archivo, que realizò nuestro querido Hno. Rafael EPD al Blog SIEMPREMARISTA
V.J.M.J.
María es Madre del Buen Consejo y el mejor que nos da es hacer lo que su Hijo nos enseña en el Evangelio.
H. Rafael
"No hagas mal a nadie;
haz bien a cuantos puedas.."
Bodas de Caná, que hicieran lo que su Hijo les
haz bien a cuantos puedas.."
MADRE DEL BUEN CONSEJO
Mater Boni Consilii, ora pro nobis
(Madre del Buen Consejo; ruega por nosotros)
S.S.
Pío IX añadió esta petición a las letanías de la Santísima Virgen y es
que aparte de reconocer la devoción a esta advocación mariana, quería
que los fieles acudieran a Ella en busca de consejo para una mejor vida
cristiana.
De
las pocas palabras de María que tenemos en los Evangelios, unas de
ellas son para darnos un consejo cuando recomendó a los sirvientes en
las
Bodas de Caná, que hicieran lo que su Hijo les
ordenase.
La Iglesia siempre ha visto en estas palabras un consejo para los
fieles; que hagamos la voluntad de Jesús, la cual encontramos en sus
enseñanzas recogidas en los Evangelios.
En Genazzano, población a unas 30 millas de Roma se encuentra el santuario de Nuestra Señora del Buen Consejo.
Según
la tradición en la iglesia que ya existía en la población, el 25 de
Abril de 1457, mientras el pueblo se encontraba festejando la fiesta de
San Marcos, vieron una nube que despacio se detenía en la iglesia que se
estaba reconstruyendo.
En la nube venía una imagen de María con el Niño en los brazos.
La
imagen fue colocada dentro de la iglesia, la cual, terminada meses
después, se convirtió en lugar de peregrinación a donde acudían de los
pueblos cercanos y hasta de Roma.
Según otra tradición, la imagen procedía de la población de Scutari, última que cayó en poder de los turcos invasores al otro lado de Adriático.
Lo cierto es que bajo el título de Nuestra Señora del Buen Consejo, allí se venera a la Santísima Virgen y los fieles acuden a pedir su protección.
En esta época de tantas confusiones en materia religiosa, cuando hay tantos falsos profetas que se empeñan
en enturbiar o apagar nuestra fe, más que nunca debemos acudir a María
en busca de su consejo, para que siguiendo a Jesús, no nos apartemos de sus enseñanzas.