Colaboraciones en archivo, que realizò nuestro querido Hno. Rafael EPD al Blog SIEMPREMARISTA
María, cuyo nombre
como conjuro santo
ahuyenta con espanto
la saña de Luzbel
Escríbeme en el pecho
tu nombre omnipotente
porque jamás intente
aposentarse en él.
Tu nombre sea antorcha
cuyo fulgor ahuyente
de mi apocada mente
la lobreguez letal.
Tu nombre augusto cierre
Mis labios en la muerte
Y pueda luego verte
Allá en la eternidad.
José Zorrilla
EL NOMBRE DE MARÍA
En el antiguo Calendario Romano, el 12 de Septiembre se celebraba la fiesta del DULCE NOMBRE DE MARÍA, honrando de esta manera el nombre de la escogida como Madre del Mesías prometido para llevar a cabo le redención del género humano.
La devoción a María, tan profunda en la piedad de los fieles católicos, siempre ha tenido una manifestación en la costumbre de dar en el bautismo el nombre de MARÍA, ya solo o combinado con otro u otros nombres a infinidad de niñas y también, acompañado de un primer nombre a no pocos niños.
Esa expresión de devoción mariana, practicada por los católicos de distintivas nacionalidades e idiomas y en España y los países que de ella recibieron la fe y el idioma, podemos decir que siempre ha sido donde más extendida ha estado la práctica.
El nombre de MARÍA lo encontramos en el Génesis; MARIAM, la hermana de Moisés y Aarón y en el Nuevo Testamento lo vemos por vez primera en el Evangelio de San Lucas, en el relato de la Anunciación.
María es nombre de origen arameo y ha pasado a todas las lenguas modernas; veamos su forma en algunas de esas lenguas.
Alemán e italiano Maria; francés: Marie; inglés: Mary; esloveno: Mariya; turco: Meryem; gallego: Maruxa y su variante en español, Maruja.
En español también se usa la forma aramea: Miriam o Myriam.
También se usan algunos nombres que son variantes de María; de esos podemos citar Marieta y Marisela, Marianela.
El nombre de María, ya solo o acompañado de otro lo llevan también millones de mujeres sobre todo en los países hispanos.