TESTIMONIAR A JESÚS RESUCITADO CON PASIÓN Y COMPASIÓN AL SERVICIO DE LOS DEMÁS
Cuando nos acercamos en profundidad al misterio pascual, descubrimos y acogemos la presencia de Dios en nuestras vidas, quien nos acompaña continuamente, tanto en los momentos de incertidumbre y de sufrimiento, como en los momentos de gozo y alegría. Jesús, estando en la cruz poco antes de morir, tras expresar su sensación de abandono, manifiesta con total confianza: “¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!” (Lc 23, 46). Al tercer día, ¡Jesús vive! |
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Y brilla la luz de su resurrección en el mundo, que ilumina los temores y sombras, y anima a los discípulos a proclamar la Buena Nueva. Que, en esta Pascua, la resurrección alimente nuestra esperanza y nos anime a testimoniar a Jesús resucitado con pasión y compasión al servicio de los demás. ¡Felices Pascuas! H. Ernesto Sánchez, Superior general |
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